Este viernes las comunidades educativas de las escuelas rurales sanrafaelinas N° 1-226 “Santa Cruz”, N° 1-376 “Feliciano Chiclana”, de La Llave Vieja y N° 1-138 “Triunvirato de Goudge”, compartieron una hora al ritmo del folclore africano y latinoamericano.
Participaron del espectáculo 95 alumnos, desde Nivel Inicial (salas de 3, 4 y 5) a 7º grado de Nivel Primario de las escuelas Santa Cruz y Chiclana, los estudiantes de los dos séptimos grados de la escuela de Goudge, ya que su matrícula de 546 alumnos excedía la capacidad de la galería interna de escuela anfitriona, y un grupo de mamás, directoras, docentes y celadores.
La iniciativa surgió de la inspectora de Música de la Sección 8, Alejandra Laterra Spadaro, quien envió la invitación a las escuelas de su sección para organizar el concierto, con lo cual estuvieron presentes las directoras de las tres escuelas rurales Verónica Faraldo, Marisa Sánchez y Adriana Navarro, respectivamente, quienes gestionaron y coordinaron su concreción.
“Mundo Tambor” es una de las propuestas que brinda la Escuela Itinerante de Música EUMA, con sede en Buenos Aires. Su director y uno de los dos artistas en escena, Facundo Álvarez, comenzó el espectáculo agradeciendo la colaboración en la preparación del sonido, y a los profesores de música de las escuelas participantes, Walter Blasco y Lucas Ochoa.
Los músicos Facundo y Guillermo Oosveldt lograron un show de alegría y humor, juegos con sonidos y percusión, construcción colectiva de canciones, momentos de complicidad mediante el rescate de códigos comunes de los chicos, desafíos a partir de preguntas y una gran dosis de ternura e imaginación, invitando a viajar a distintos lugares del mundo, como el ritmo africano que escucha la señora de Nueva Guinea que “no puede dejar de bailar”, o la recreación de los contextos del candombe uruguayo y el son cubano.
Finalmente, los músicos convocaron a cada grupo de alumnos con sus señoritas, a ver y tocar todos los instrumentos de percusión del show. Así, chicos y grandes aprendieron el origen de los ritmos, qué instrumentos lo integran y cómo suenan. En el cierre también se develó que el secreto de los instrumentos de percusión es que se componen por un sonido grave y uno agudo y que todos los lenguajes comunican.
Con esas palabras, quedó repiqueteando la idea, que también son dos los sonidos del corazón, ese lugar emocional, desde el que todos aprendemos.
Fuente: Prensa DGE