Teatro Independencia
El Teatro Independencia es la principal sala de la provincia de Mendoza. Surgió de un proyecto del gobierno provincial, del año 1922, para desarrollar un corredor turístico sobre la Plaza Independencia. En 1922, el gobernador Carlos Washington Lencinas inauguró el Plaza Hotel y firmó un contrato para la construcción del primer teatro dedicado a la ópera, en la provincia de Mendoza, con Faustino y Mauricio da Rosa, que, en esa época, administraban el Teatro Colón de Buenos Aires.
Supervisado por el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, el proyecto ya tenía los planos aprobados desde octubre de 1923, diseñados por el arquitecto Alfredo Israel. La ejecución de la obra demandó dos años y estuvo a cargo de la empresa constructora de los ingenieros Perrone y Ayerza. Su diseño seguía el estilo académico francés y su fachada incluía un frontis neoclásico, con columnas corintias, un friso de estilo rococó, el Escudo de Mendoza en bajorrelieve y una balaustrada coronando el conjunto.
El diseño del interior se basó en los teatros de ópera italianos y en el vestíbulo destaca la escalera de mármol gris que da acceso a la sala. El teatro es la sede de la Orquesta Filarmónica de la Provincia de Mendoza.
Tras una preinauguración por medio de un festival organizado por la Brigada Femenina de la Liga Patriótica Argentina, el Teatro Independencia fue inaugurado el 18 de noviembre de 1925, con la premiére de La emigrada, una ópera del libretista argentino Vicente Martínez Cuitiño, representada por la Compañía Argentina de Dramas y Comedias y protagonizada por Camila Quiroga.
En 1944, el Teatro fue adaptado para la proyección de producciones cinematográficas y la primera obra proyectada fue Casablanca. El edificio sufrió un incendio generalizado en 1963, pero fue restaurado aceleradamente y, en 1965, fue reinaugurado con una presentación de la compañía estable de Ballet del Teatro Colón. Deteriorado por el paso del tiempo, debió ser nuevamente restaurado a partir del año 2000.
El 21 de septiembre de 2003, fue reinaugurado con una presentación de la soprano mendocina Fabiana Bravo.
Luego de una labor técnica de identificación patrimonial, una investigación histórica y ajustes en la documentación legal del inmueble, gracias al Decreto 837, de 2011, el Teatro Independencia fue declarado Monumento Histórico.
Actualmente, el Teatro Independencia busca ganar protagonismo como productor y realizador de sus propios espectáculos, intentando imponer un nuevo estilo de gestión, en la que el proceso de creación artística y el artista propiamente dicho se convierten en ejes del desarrollo, indispensables células estéticas que dan brillo al escenario mayor.