El largo “Aquellos colores que perdí”, realizado íntegramente por alumnos de 5° año del Bachiller de Comunicación del colegio S-039 Instituto Nadino, de Ciudad de Mendoza, fue presentado a sala llena en el Cine Universidad.
“Para nosotros esto es un sueño”, dijo el joven guionista y director de “Aquellos colores que perdí”, Gonzalo Canillas, minutos antes de comenzar la película ante una sala repleta de amigos, familiares, docentes y directivos del Instituto Nadino que se acercaron al Cine Universidad, para ser testigos del resultado de ese despliegue de cámaras que durante cuatro meses revolucionó la escuela.
El largo, fue el resultado de un proyecto escolar de la materia Taller de Producción de Medios Audiovisuales que, en principio, iba a ser un cortometraje pero que Gonzalo decidió llevar a una hora de duración. De esta forma, el proyecto pasó a involucrar a todos los integrantes del curso, a preceptores, profesores y alumnos de otros cursos en una iniciativa inédita en una escuela mendocina.
Y así fue que el profesor Gustavo Garde, a cargo del taller recibió el guion, y con dos cámaras réflex aportadas por profesores y un micrófono gestionado por la escuela los chicos comenzaron a darle forma a ese sueño.
Sueño que tuvo sus tropiezos y que verdaderamente pusieron en riesgo el proyecto. Pero los jóvenes se levantaron, la amistad y el trabajo en equipo se fortalecieron, y, finalmente, en palabras de Gonzalo, se cristalizaron: “yo tenía un guion, un papel, ver la película ahora finalizada para mí es increíble, y es gracias a todos ustedes chicos”, lo cual dijo en clave de agradecimiento a todo su equipo minutos antes de exhibir la película.
También Daniel González, del Clúster Film Andes, fue reconocido. Daniel fue clave para motivar a los chicos y siempre estuvo dispuesto a escucharlos y aconsejarlos en aspectos del rodaje. Además, fue quién consiguió la sala en la que los chicos no solo exhibieron la película, sino que también se dieron el lujo de tener su ceremonia con alfombra roja, previo al rodaje.
Así las cosas, “Aquellos colores que perdí” comenzó a mostrarse, un proyecto pedagógico transversal que puso en juego múltiples aprendizajes y que tuvo un final más que satisfactorio para los jóvenes que lograron, en su último año, asombrar a propios y extraños con la calidad del film pero, sobre todo, con su capacidad para emprender y cristalizar en un audiovisual, una idea que comenzó en un papel.
La recaudación de las entradas vendida será donada a la Fundación Continuar Vida, fundación sin fines de lucro que se dedica a fomentar, educar e informar acerca de la importancia de la donación de órganos.