Bajo el lema “Vida sana es mejor”, la institución primaria del Este mendocino realiza un proyecto sociocomunitario solidario centrado en mejorar los hábitos saludables de sus alumnos, familias y vecinos de la comunidad educativa.
Alumnos y docentes de la escuela Nº 1-697 “Mathus de Carra”, de San Martín, llevan adelante el proyecto sociocomunitario “Vida Sana es mejor”, centrado en mejorar los hábitos saludables de los chicos, familias y vecinos de la comunidad educativa.
Quienes forman parte de la iniciativa reconocen la necesidad de hábitos saludables en los compañeros y alumnos de la escuela. Al indagar en sus familias se encuentran con que no se consumen muchas frutas y verduras, y la merienda escolar es poco saludable. En consecuencia, se busca fomentar en cada uno de los miembros de la comunidad educativa lo bueno de tener una huerta escolar como muestra de huertas urbanas, que se replicarán en los hogares de las familias de la comunidad. Se intenta concientizar sobre la importancia de cuidar la salud y todos los beneficios que implica tener una alimentación diaria saludable acompañados de prácticas de ejercicios físicos,
La realización de este proyecto se hace teniendo en cuenta la importancia de crear un trabajo colectivo y permanente. Las acciones fundamentales son: sensibilizar sobre el tema de alimentación y ejercicios físicos, para educar a la población escolar en una vida sana; observar videos y conformar espacios de diálogos; organizar viajes de estudios para visualizar plantaciones, viveros y otras huertas escolares; desarrollo de actividades conjuntas entre alumnos y familias; realizar huerta escolar en terreno y huertas urbanas; coordinar talleres de nutrición, con charlas dadas por el equipo directivo y docentes de la escuela y con la invitación de profesionales (nutricionistas e ingeniera agrónoma; brindar asesoramiento situado a familias; confeccionar folletos y brindar charlas radiales sobre los temas tratados; destinar días de la semana para organizar caminatas y ejercicios físicos para niños y familias, y gestionar esta actividad con profesores de educación Física y con el municipio.
Uno de los objetivos que se tuvo como eje en el marco de las acciones realizadas fue incluir en la agenda de la institución educativa campañas de sensibilización, promoción y difusión de la construcción colectiva de la conciencia ciudadana, del desarrollo sostenible, de la promoción de la salud y del manejo sustentable de recursos. La escuela institucionalizó esta propuesta educativa y en cada año escolar se trabajó sobre las prácticas saludables desde el enfoque de la prevención y la promoción, para favorecer las trayectorias escolares.
De esa manera, la huerta escolar se convirtió en un espacio de intercambio, aprendizaje y mejora del rendimiento y convivencia escolar. Además, los productos de la huerta se entregaban a las familias de los alumnos quienes incentivaron en sus hogares la implementación de la huerta urbana como una actividad económica, que sirve para una alimentación saludable.
La docente coordinadora del proyecto institucional, Gabriela Montepeloso, manifestó que “elijo seguir trabajando en este proyecto porque me permitió sacar lo mejor que tienen los niños, mejorar su comportamiento, valorar lo que nos da la tierra, cuidar su propio cultivo, compartir con las personas que realmente lo necesitan. Mejora la autoestima de cada alumno porque trabajan para cumplir con el objetivo que es ayudar. Mejora la unión y la armonía de grupo, y ellos, a su vez, llevan un buen mensaje a su familia. Trabajar por el bien del que tengo al lado, no sólo enseñé sino también aprendí de ellos porque siempre traían cosas nuevas para que las pusiéramos en práctica”.
Fuente: Prensa DGE