Alumnos y docentes deberán registrar la asistencia con la huella dactilar. En una primera etapa lo aplicarían en escuelas técnicas. Con este método buscan reducir el ausentismo.
El Gobierno se puso como objetivo, en el marco del plan educativo, controlar el ausentismo de los alumnos y docentes. Por eso pusieron límite a las inasistencias de los alumnos y, entre los docentes, impulsan el ítem aula para “premiar” a quienes no falten. Pero también usarán la tecnología para controlar: quieren implementar controles biométricos para marcar “presente” en las aulas y salas de profesores.
El sistema se usa en algunas escuelas, pero quieren hacerlo masivo. El método elegido para controlar es la huella dactilar digital, que implica menos gastos. Antes, se descartaron otros como el registro facial, que implicaba tomar una foto de cada persona. La primera etapa incluiría a las escuelas técnicas y centros de capacitación para el trabajo, sectores que tienen financiamiento asegurado. Pero como la tecnología a usar, aseguran, no es costosa y el software es de uso libre, podrían ampliarlo.
“Lo hemos usado en algunas escuelas y el cambio es muy importante. Con ese sistema se tiene la información objetiva. El que llega tarde, queda registrado y no hay negociación posible. Y a las tres tardanzas hay falta. Esto elimina las subjetividades y las excusas”, explicó Néstor Américo, director de Educación Técnica de la provincia.
Según explican desde la Dirección de Escuelas, uno de los objetivos es sincerar el sistema. Es que, según el diagnóstico del que parten, hay una matrícula de alumnos “inflada”: en las estadísticas figuran alumnos que en realidad no asisten. Por eso también decidieron restringir las inasistencias. En el nivel medio el tope son 20 faltas. Y se pueden agregar 8 más si la supervisión lo autoriza. El alumno que pase ese límite quedará fuera del cursado regular, pero en un proyecto educativo alternativo.
La otra discusión es con los docentes, que también tendrán que “marcar presente” con su huella. En algunas escuelas de Mendoza ya se usa. En la Champeau, de Godoy Cruz, por ejemplo, los docentes deben “escanear” su rostro cada vez que ingresan y egresan de la escuela. “Las experiencias que hay son muy buenas. Hubo un cambio enorme con el ausentismo de los docentes y los alumnos”, asegura Américo, que es el encargado de seguir la implementación en toda la provincia.
“Se aplicaría en 150 escuelas de nivel medio”
La propuesta surge justo en medio de la discusión por el ítem aula, el sistema que quiere aplicar el Gobierno para diferenciar a los docentes que tienen problemas de asistencia en las escuelas.
En la primera etapa el control biométrico se aplicaría en 150 escuelas de nivel medio. Pero paulatinamente se iría ampliando a todo el sistema. Luego también buscarán aplicar otros sistemas digitales de control y seguimiento del rendimiento de los alumnos.
Fuente: Diario Vox