Las problemáticas del consumo (tecnología, comida, drogas, etc.) son complejas, están atravesadas por múltiples factores, por lo que es imposible encontrar una respuesta simple y para todos igual. Las soluciones serán mucho más efectivas en tanto sean construidas colectivamente.

Solo en casos en donde se presente un presunto riesgo por intoxicación de un alumno es necesario que la escuela actúe rápidamente.

Acciones sugeridas:

• Generar un espacio de escucha activa.

• Abordar la situación desde una mirada integral, que pueda centrarse en el sujeto.

• Lograr un clima de confianza para que el niño, niña o adolescente pueda expresarse.

• Brindar apoyo y contención.

• Respetar la confidencialidad de la situación procurando que no intervengan actores innecesarios.

• Convocar a los adultos más cercanos al niño, niña o adolescente,  explicarles la importancia de ayudarlo, respaldarlo y contenerlo.

• Convocar al Equipo Interdisciplinario de la DOAITE o equipo técnico de educación especial según corresponda y en escuelas secundarias al Servicio de Orientación   para que el niño, niña o adolescente pueda expresar lo que le pasa y sienta que puede contar con ayuda.

• Los equipos técnicos indicarán, de ser necesaria, la derivación a algún equipo de salud mental:

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En caso de que se requiera la realización de un tratamiento:

• Mantener el lazo que el niño o adolescente conserva con la escuela. Este lazo puede llegar a ser el único con el que un/a alumno/a cuenta en ese momento.
• Facilitar la concurrencia a la escuela para que complete su trayectoria escolar y su tratamiento de salud.
• Informar a la autoridad institucional correspondiente, teniendo en cuenta la línea jerárquica.