Jaime Correas
Director General de Escuelas de Mendoza
A partir de este lunes se pone en marcha en cada escuela de Mendoza ese espacio mágico donde sucede la educación. En cada establecimiento, estudiantes y docentes se encuentran para concretar el hecho educativo. Las familias confían a sus hijos para que sean educados. Es la sociedad actuando, en su momento más fecundo, cuando se ocupa de los que más lo necesitan necesitan, en este caso los niños y adolescentes que buscan educarse.
El mensaje se reafirma. La educación en Mendoza importa y cada uno de sus protagonistas, sobre todo los docentes, directivos, supervisores y los no docentes que intervienen en la vida escolar deben contar con el apoyo de toda la comunidad educativa y del gobierno escolar para cumplir su tarea con éxito.
A los esfuerzos humanos en el hecho educativo le sumamos una ardua tarea de infraestructura que está en marcha y que puede explicar alguna incomodidad, que debe ser sorteada pensando en el fin del camino compartido: que de una buena vez y con trabajo nuestros estudiantes y docentes cuenten todos con un ámbito adecuado para enseñar y aprender.
La educación desde hace un tiempo hace ruidos por todos lados. Porque se han puesto a la vista de todos las distintas instancias de la vida escolar. A las diversas visiones le debemos, por nuestros chicos, una actitud de concordia para que cada niño y joven, cada estudiante adulto, reciba lo mejor. Y sobre todo, que reciba la educación que está necesitando para vivir. Sarmiento nos enseñó en su tiempo que, a diferencia de otras instancias humanas, la educación es la única que no es requerida por quien más la necesita. El que tiene hambre pide comida y el enfermo, medicinas y atención, pero el ignorante no requiere educación porque no sabe que la precisa como el aire. Por eso el Estado presente debe garantizar que todos y cada uno reciba lo que necesita y a lo que tiene derecho. Pero sabiendo que cada derecho tiene como contrapartida una obligación. El esfuerzo que cada uno debe poner es esa contrapartida a lo que tiene disponible, la posibilidad de educarse.
Este año será muy bueno, porque somos muchos, cada vez más, los que estamos convencidos de que esta tarea que nos ocupa es colectiva y requiere de todos. Por eso, invito a cada docente, a cada directivo, supervisor, celador, administrativo, a cada padre y madre, a cada abuelo, a cada responsable de un chico y a cada estudiante a compartir los esfuerzos con generosidad, a encontrarse cada día en la escuela para que suceda la maravilla educativa. Si nos sumamos unos a otros la educación mendocina mejorará cada día y sabremos que esos resultados son el producto de una acción conjunta. Gracias a todos por el esfuerzo y, como siempre, a disposición para construir un futuro educativo mucho mejor.