La oficina Regional de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres, las Américas y el Caribe destacó la inclusión de las temáticas en prevención y resiliencia dentro de los nuevos contenidos curriculares de las escuelas primarias de Mendoza.
El jefe de la oficina Regional de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres, las Américas y el Caribe, Nahuel Arenas, envió una carta de felicitación al director General de Escuelas, Jaime Correas, por ser la primera provincia de Argentina y de la Región de América en incorporar este temática en la nueva currícula de nivel primario. La misiva destaca que el gobierno escolar promueve la iniciativa Mundial de Escuelas Seguras de las Naciones Unidas, y busca la construcción de infraestructura segura profundizar una educación resiliente.
A través de la Dirección de Evaluación y Planeamiento de la Calidad Educativa, la Dirección General de Escuelas viene trabajando desde hace un año sobre el nuevo diseño curricular de primaria que será implementado en el ciclo lectivo 2020.
Una de las características de esta propuesta curricular es la incorporación de temas emergentes, que abordan temáticas que han surgido durante lo que va de este siglo o del anterior y que para abordarlos se necesitan del aporte de distintas áreas. Es decir que no se pueden abordar solo desde la historia, o de la biología, o de la lengua, sino que se tienen que vincular de manera integral y de diferentes espacios para poder comprenderlos.
Dentro de esos temas emergentes se trabaja sobre “Prevención y Resiliencia”, que es tener la capacidad de estar preparados para enfrentar emergencias que pueden ser catástrofes. Por ello, este nuevo diseño curricular incluirá actividades de sensibilización sobre desastres para trabajar la resiliencia social a fin de reducir el riesgo y promover la prevención, como unos de los temas prioritarios en la currícula escolar.
El titular de la DGE agradeció la carta enviada desde las Naciones Unidas al gobierno provincial. “Es un orgullo enorme que desde un organismo internacional como es Naciones Unidas se haya reconocido el trabajo del gobierno escolar. Desde un enfoque global nos pone en la vanguardia de temas tan importantes para toda la región y desde lo particular nos permite trabajar de muy temprana edad temas relacionados con nuestro medio ambiente tan particular de Mendoza, como son los sismos, la sequía, el viento zonda o las granizadas”, remarcó Jaime Correas.
Por su parte, la directora de Evaluación y Planeamiento de la Calidad Educativa, María Julia Amadeo, explicó que el borrador del nuevo diseño curricular se viene trabajando con todos los aportes que realizan los distintos componentes del sistema educativo y de manera sistémica con distintos órganos del gobierno y de distintas direcciones que ayudaron con sus conocimientos.
“Durante 2018 se presentó el prototipo a los supervisores y directores de primaria para que hicieran sugerencias de mejoras de trabajo, a fin de llegar al texto definitivo que será implementado en el ciclo lectivo del próximo año”, añadió Amadeo.
“Sumamos conocimientos técnicos más nuestro conocimiento pedagógico a partir de la necesidad que planearon los docentes de tener un nuevo diseño curricular. Trabajamos de manera conjunta valorando el trabajo colectivo para esta nueva propuesta. Con relación a este tema de la resiliencia social tuvimos la posibilidad de trabajar con los aportes de la profesora Gloria Bratschi, quien además es la promotora de la campaña mundial “Desarrollando Ciudades Resilientes de las Naciones Unidas”, sostuvo la directora de Evaluación y Planeamiento de la Calidad Educativa.
Concepto de Resiliencia Social
Aunque la palabra no es reconocida por la Real Academia Española, su uso es cada vez más común en la literatura especializada en gestión de desastres. Se entiende por resiliencia la capacidad de reaccionar con efectividad y rapidez a los efectos de los desastres.
Ello no implica un mayor control de la vulnerabilidad, ya que una sociedad puede tener poca vulnerabilidad y gran capacidad de resiliencia para enfrentarse a los riesgos conocidos y previstos, sin embargo, puede ser muy vulnerable para enfrentarse a nuevos riesgos o a riesgos que son parte intrínseca de su estilo de vida.
La resiliencia puede ser medida mediante el funcionamiento de un sistema de infraestructuras después de los desastres y también por el tiempo que tarda un sistema en volver a sus niveles de origen.
Fuente: Prensa DGE