Jóvenes y adolescentes crean sus canales en Youtube o páginas de Instagram y comparten sus propias reseñas y críticas (personalísimas) de libros, para que sus seguidores las comenten. Estos jóvenes no hablan solos, sino que se “paran” frente a una cámara, para dialogar con otros chicos que leen como ellos, para juntos seguir co-escribiendo esos libros.
Se han constituido en promotores de la lectura, referentes y formadores de nuevos lectores. En no más de 10 minutos cuentan la experiencia de la última lectura que han realizado, de una manera informal, dinámica, hasta graciosa.
Esta tendencia permite que la lectura entre los jóvenes no sea una actividad en solitario, sino colaborativa, ya que se constituyen en una comunidad que comparte opiniones, detalles, críticas, planteos. Es una muestra de las nuevas formas de consumos culturales que podemos recuperar en la escuela como estrategias didácticas. Podemos observar booktubers o bookstragrammers conocidos, como fuentes de consultas y discusión, o también promover la creación y producción de reseñas bibliográficas audiovisuales.
Algunos términos propios son:
Book haul: es el video en el que muestran todos los libros que se adquieren, compran en un período de tiempo.
Wrap Up: es el video en el que cuenta qué libros leyeron en un período de tiempo.
BookTag: es un juego, con consignas sobre libros
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