Organizado por la DGE, supervisores, directores, rectores, asesores y docentes de todos los niveles y modalidades compartieron una jornada de trabajo junto a la psicóloga Beatríz Janín, especialista en trastornos sobre la niñez y adolescencia.
La misma se realizó en el Aula Magna del Centro de Congresos y Exposiciones de la Ciudad de Mendoza y estuvo destinada a más de 500 supervisores, directores, rectores, asesores y docentes de todos los niveles y modalidades, tanto de gestión estatal como privada.
Las temáticas que se desarrollaron fueron: constitución subjetiva y diagnósticos invalidantes; intervenciones posibles; la inclusión en la infancia; los diagnósticos como mercancía y el niño como sujeto en construcción ligado a un contexto.
Estuvieron presentes, la secretaria de Gestión Educativa, Mónica Coronado, la directora de Nivel Secundario, Sara Lucero; la directora de Nivel Primario, Patricia Charamonte; la directora de Nivel Inicial, Adriana Rubio junto a otros funcionarios d ela cartera educativa.
Beatriz Janín es psicóloga y especialista en niños y adolescentes. También asesora en estos temas del Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires.
“Es un buen momento para encontrarse con docentes, ya que estamos en una época donde a niños muy chiquitos se le diagnosticas patologías. Si pensamos que un niño sufre un trastorno, dejamos de estar con el niño y pasamos a estar con el trastorno, con lo cual la mirada sobre ese niño cambia, le empezamos a hablar distinto y esto no es bueno”, sostuvo la especialista.
“Hay que tratar de entender como los podemos ayudar. Cuando nos dicen que a un niño, para portarse bien o para prestar atención en el aula hay que medicarlo, se acepta con facilidad. Muchos profesionales como yo luchamos contra la medicación y la patologización de la infancia y de los adolescentes”, explicó Janín.
“Lo que pensamos es que se puede hacer un proceso. Por ejemplo, los niños que no hablan, debemos pensar que tipo de información le damos nosotros, ya que hoy se da una información donde predominan las imágenes. Lo que hay que hacer es pensarlo como una dificultad y no como un trastorno, hay que ayudar a que todo el contexto signifique lo que al niño le pasa, le de sentido, lo ayude a expresarse. Con los niños que no atienden en clase hay que ver si no somos los adultos los que estamos desatentos. Los chicos suelen aislarse porque están atendiendo a otras cosas y sobre todo están atentos a la mirada de los adultos. Son niños que nos están diciendo algo, que están sufriendo y nos están contando su sufrimiento haciendo determinadas cosas”, concluyó Beatriz Janín.
Fuente: Prensa DGE
