En el marco del programa “Ciencia, tecnología y emprendedorismo”, los chicos de la escuela Nº 4-035 de Tunuyán, que llevan adelante el proyecto “Residuos que alimentan y pencas que dan agua” que presentarán en el vecino país, fueron recibidos en la Subsecretaría de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa.
Alumnos de la escuela Nº 4-035 “Juan Cejas de Silva”, ubicada en Tunuyán, se reunieron con Emma Cunietti, subsecretaria de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa, con motivo del viaje que realizarán a Santiago de Chile, donde expondrán el proyecto “Residuos que alimentan y pencas que dan agua”, correspondiente al Área de Ciencia, Tecnología y Emprendedorismo de la DGE.
Cunietti, quien en nombre de la Dirección General de Escuelas entregó en mano los boletos de ómnibus a Jonathan Martín García Villareal y Agustina Lucía Rivero, estudiantes que viajarán el próximo 22 de noviembre a Chile, felicitó a los alumnos y manifestó que “lo importante es que los chicos aprenden haciendo e investigando, de manera activa y dinámica, y, además, poniendo énfasis en la oralidad, la expresión, que es un desafío a destacar a la hora de presentar un proyecto verbalmente”.
El trabajo surge a raíz de la demanda concreta de Graciana Poloni, técnica a cargo de la zona industrial de San Carlos,
quien solicita la elaboración de alimentos balanceados para ganados caprinos y porcinos a base de residuos agroindustriales.
Luego de investigar todos los residuos disponibles de la zona, principalmente aquellos orgánicos de la actividad agrícola como zapallo, chala de ajo, manzanas, etc., y otros de la manufactura de estos en la industria alimentaria, los chicos decidieron realizar alimentos deshidratados para ganado menor -sobre todo, porcinos-, debido a su creciente demanda y desarrollo potencial en el Valle de Uco.
Con los residuos, se fueron desarrollando mezclas a través de las distintas proporciones de cada residuo, con la utilización, como aglutinante, de agua de opuntia, gracias a su aporte de vitaminas de las mismas, fundamentalmente calcio y fibra, al considerar que ya otros países, como Bolivia y Chile han descubierto en el consumo animal de esta cactácea beneficios para sus ganados.
Para su conservación algunas muestras fueron secadas en hornos solares, en las instalaciones del INTA, y, otras, en hornos continuos a gas utilizados para secar ajo.
Los alimentos han sido bien aceptados por los animales con buena palatilidad en ganado porcino y caprino. Las investigaciones realizadas por INTA de Córdoba, donde se analizaron estos alimentos arrojaron resultados asombrosos, debido a verse triplicadas las proteínas del maíz y tener la mitad del porcentaje de proteínas que la soja, lo cual significa que sería un buen complemento de alimentos industrializados actualmente con altos costos económicos por pequeños y medianos productores. Además, tienen menos costos ambientales, como el cultivo de la soja.
Los alimentos no demandan más agua de la que actualmente se consume en los cultivos porque reutiliza excedentes y residuos de otras actividades, y no se estaría cultivando nada. Asimismo, podrían ser elaborados por los mismos productores, ya que toda la materia prima proviene de la zona donde viven, e incluso, en su elaboración no necesitarían energía si se utilizara la energía solar para su conservación.
Fuente: Prensa DGE
