La DGE puso en marcha una metodología participativa para avanzar en la construcción de una escuela de Malargüe

El ministerio encabezado por Tadeo García Zalazar invitó a la comunidad de la escuela Ingeniero Eugenio Izsaky a contar sus expectativas e ideas para el proyecto.

El ministerio de Educación, Cultura, Infancias y DGE convocó a la comunidad educativa de la Escuela 4-228 Ingeniero Eugenio Izsaky, de Malargüe, para que aporte ideas y sugerencias sobre la construcción del nuevo edificio de la institución.

A través de una metodología participativa, la cartera dirigida por Tadeo García Zalazar invitó este miércoles a padres del Consejo de Convivencia Escolar, estudiantes, directivos y docentes a la presentación de las mesas de trabajo en el Centro de Convenciones de ese departamento.

También estuvieron presentes el intendente Celso Jaque junto al subsecretario de Infraestructura Escolar, Carlos Daparo, y la subsecretaria de Educación, Claudia Ferrari. Así como senadores, concejales, coordinación pedagógica y equipos técnicos de la DGE.

En la apertura, el director general de escuelas subrayó: “La idea es que la comunidad participe en el diseño, para que la escuela después se adapte a las necesidades que tiene específicamente”.

Además, adelantó que “este no va a ser el único taller, queremos que se replique y que todos los sectores sean parte de las distintas instancias de planificación”.

“Es una prioridad del Gobierno provincial que este proyecto forme parte del Presupuesto 2025 y que tengamos en el camino soluciones alternativas, que ya estamos trabajando con las distintas áreas de la Dirección General de Escuelas para que puedan tener, hasta que esté el edificio nuevo, una mejor situación edilicia o alternativas posibles en el marco de lo que tenemos disponible en Malargüe”, señaló García Zalazar.

Finalmente, el funcionario destacó “la importancia de la inversión y reinversión en materia de infraestructura educativa”.

A lo largo de la jornada, quienes se sumaron al Taller de Infraestructura Escolar contaron sus expectativas y requerimientos acerca el diseño y construcción del inmueble.

La meta de este formato es conocer de primera mano las necesidades de quienes usarán las instalaciones y crear un diseño que respete y refleje su cultura, valores y tradiciones.

Además, permite una mejor utilización de los recursos y aumenta el sentido de pertenencia y el compromiso con el cuidado, mantenimiento y buen uso del edificio.

Por otro lado, el esquema participativo apunta a mejorar la calidad educativa, con la creación de espacios que respondan a las metodologías de enseñanza y aprendizaje preferidas por la comunidad.

De igual forma, la diversidad de ideas y perspectivas puede conducir a soluciones innovadoras y creativas, fomenta la colaboración y el diálogo. Empodera a sus miembros y potencia la transparencia, generando confianza en las decisiones y en los responsables.

Además, promueve mayor inclusión y equidad entre los diversos grupos (estudiantes, padres, docentes, vecinos) y asegura que se consideren las necesidades de todos.

En resumen, la participación asegura que la institución sea relevante y adecuada a las necesidades de sus usuarios, fortalece la cohesión social, promueve la inclusión, mejora la calidad educativa y genera un sentido de pertenencia y compromiso con el proyecto.

Fuente: Prensa DGE


 

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