Así lo sostuvo Alicia Camilloni, profesora experta en evaluación integradora, quien participó de una jornada de trabajo y capacitación organizada por el gobierno escolar de Mendoza. Asistieron más de 500 docentes, directores y supervisores.
La DGE, a través de la Dirección de Evaluación de la Calidad Educativa, organizó este jueves la disertación de la profesora experta en evaluación de aprendizajes Alicia Camilloni.
Realizada en el teatro Independencia de la ciudad de Mendoza, Alicia Camilloni, volcó sus conocimientos sobre evaluación integral ante más de 500 docentes, directores y supervisores de todos los niveles y modalidades de la provincia.
Esta actividad se realizó con el fin de fortalecer el régimen de evaluación de todos los niveles y modalidades. También esta conferencia fue declarada de interés educativo provincial.
Durante la apertura de esta jornada de capacitación para docentes, la subsecretaria de planeamiento y evaluación de la calidad educativa, Emma Cunietti, sostuvo que este tipo de actividades son parte de la profesionalización docente. “Supervisores, directores y docentes se suman a esta apuesta de profesionalización, acompañan estos procesos de formación y esto es muy bueno. Cada mirada que pueden dar estos profesionales después las podemos reflejar en la tarea del aula,” dijo Cunietti.
“La evaluación es un trabajo permanente de los docentes”
Alicia Camilloni comenzó su disertación expresando que la evaluación debe ser un trabajo permanente de los docentes y que no es algo que este separado de la enseñanza. “Deben estar alineados, la evaluación integradora forma parte del proceso de aprendizaje. Hay que tener en cuenta que mediante la evaluación integradora se pone en juego la identidad del estudiante ante el fracaso o el éxito, por este motivo es una responsabilidad enorme”, afirmó Camilloni.
La especialista explicó que existen dos tipos de evaluaciones integradoras, la de estado o instantáneas y las evaluaciones de proceso: “Las de estado serían como una foto instantánea de lo que el alumno sabe en ese momento. Las de proceso serían como una película, van acompañando al estudiante y nos muestra cómo se desarrolla. La primera sería rápida y práctica, mientras que la segunda requiere de más tiempo para la orientación y la calificación”.
Camilloni remarcó que “las evaluaciones deben ser sumativas y que los errores son ventanas a través de las cuales podemos conocer a nuestros alumnos. No se logran aprendizajes sin cometer errores y hay que saber qué hacer con los errores. Además las evaluaciones deben integrar contenidos temáticos, habilidades y destrezas”.
También expresó que “la compresión sola no alcanza para el aprendizaje y que para que se logre la verdadera enseñanza debe haber memoria. La comprensión y la memoria son socias”, dijo Camilloni.
“La evaluación no es la conclusión de la enseñanza, pero va a incidir en la forma de estudio. La representatividad de los contenidos que el docente elige deben permitir saber que el estudiante aprendió otros contenidos aunque no estén explícitamente”, concluyó la profesora.
Alicia Camilloni
Es profesora emérita de la Universidad de Buenos Aires, directora de la maestría en didáctica de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y de la carrera de especialización en docencia universitaria de la Universidad Nacional de la Pampa. Profesora de cursos de doctorado, maestrías, carreras de especialización y cursos de posgrado en diferentes universidades en el país y en el extranjero. Autora de numerosos trabajos sobre didáctica, educación superior, currículo, didáctica de las ciencias sociales y evaluación. Fue becaria de la IEA y de la Fundación Fulbright. Premio Konex 1986-1996 en educación y grado de Caballero de la Orden de las Palmas Académicas del Gobierno de Francia. Secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad de Buenos Aires desde 1986 a 2002.
Fuente: Prensa DGE