Hace cinco años sentimos el primer soplo. Llegó para hacer realidad lo que el art. 16 de la Ley de Educación Nacional N° 26206 expresa: «el Ministerio de Educación de la Nación y las autoridades jurisdiccionales competentes asegurarán el cumplimiento de la obligatoriedad escolar a través de alternativas institucionales, pedagógicas y de promoción de derechos que se ajusten a los requerimientos locales y comunitarios, urbanos y rurales, mediante acciones que permitan alcanzar resultados de calidad equivalente en todo el país y en todas las situaciones sociales».
Y el viento comenzó a circular… El programa «Escolarización virtual para alumnos secundarios en contextos de aislamiento» encontró antecedente y se fundamentó en un proyecto que realizó la Supervisión N° 6 de Luján de Cuyo, el cual se implementó durante los años 2012 y 2013 entre los alumnos de La Dormida y Ñacuñan, con el fin de dar respuesta a la falta de accesibilidad —como realidad dolorosa—, que crea una brecha de menos oportunidades, menos recursos, más analfabetismo y mayor desigualdad. Entonces, comenzó «Un @ula pensando en vos», a través del cual se desarrolló todo el material pedagógico en soporte digital dentro de la plataforma Moodle que gestionaba el Portal Educativo de la Dirección General de Escuelas de Mendoza. Y ¿Qué hacía el viento? Las primeras ráfagas huracanadas, grisáceas y calurosas destruían, modificaban, avispaban, estimulaban, permanecían en terrenos duros y espacios hostiles. ¿Quién escucha las necesidades de estos alumnos? ¿Cómo llegar hasta ellos con una oportunidad concreta de Educación Secundaria? Dentro de este marco, surgió «Escolarización digital en contextos rurales», donde se aplicó la propuesta de educación e-learning como una experiencia innovadora. Así… llegaron las primeras ventoleras, los primeros alumnos con sus comentarios:
—¡Qué linda esta actividad! ¡Cuántas imágenes y sonidos! ¡Plataforma, pantalla digital! ¡Pdf, Power Point, Foros, Wikis! ¡Gracias, profe!
Se derrumbaron diferentes especies de árboles, hubo vuelos de lápices, torbellinos ruidosos de: nuestros conocimientos, nuestras clases, los recursos, el contexto y… el perfil de los alumnos.
En aquel tiempo, el viento seguía su trayectoria, pero despertó más necesidades: ¿Desde dónde viene? ¿Es frío? Pero, acá nos morimos de calor. ¿Qué busca? ¿Aplico resistencia o busco alternativas? ¿Es sólo un viento o varios a la vez? Una brisa dio el puntapié inicial para fortalecer aptitudes personales, trabajar nuevos escenarios de escritura y lectura, apostar a la oralidad, a la relectura, a la comprensión textual y al estímulo del autoaprendizaje.
Al parecer, este aire —que siempre modifica cosas—, se acercó a las familias para fomentar la participación de la comunidad y desarrollar nuevas corrientes, nuevos paradigmas de comunicación e intercambios para que los alumnos desplieguen sus potencialidades y su protagonismo. El contacto con esos vientos capturó el diálogo con otros, con sus entornos. El céfiro dio como resultado:
—¡Seño, tomé mates con mi mamá y vimos ese video!
—¡Grabé a mi abuela, que me contó que…!
—¡Con mis hermanos hacemos las tareas después de cenar y a mis papás les gustan los videos, porque ellos también aprenden…!
—¡Un vecino del puesto quiere venir, ¿puede?!
Vientos, vientos y más vientos… los que estaban, los que se modificaron, los nuevos. Nos invitaron a participar del Congreso Regional «Sujetos de derechos, sujetos que aprenden», a través del cual tuvimos contacto con la Supervisora de la Zona Este, quien se mostró muy interesada en esta propuesta, ya que ofrecía soluciones a una problemática que se reiteraba en su realidad escolar. Esto propició que nuestras aulas se incrementaran y que se diera una respuesta certera a estos vientos que no cesaban.
Distintos vientos comenzaron a soplar… Se hizo un relevamiento de los alumnos inscriptos en 7º grado y en las escuelas secundarias de las zonas Este y Valle de Uco. Se detectó que, en su mayoría, los chicos no concurrían a la escuela secundaria asignada y estaban sin escolarización. En ese instante, la Dirección de Educación Secundaria permitió la apertura de una nueva sede en Valle de Uco.
Y el otoño mendocino pintó al ciclo lectivo 2016, matizó los aires y permitió la apertura de «Aulas Virtuales para Escolaridad Protegida».
Vientos tecnológicos e innovadores, que hacen que las autoridades aventuren, que las coordinadoras gestionen, que los docentes planifiquen, elaboren, que los directivos se animen, que técnicos y enlaces se sumen y, sobre todo, que los alumnos aprendan.
Todos conectados… y vientos que no cesan… bufan, refunfuñan, braman, arrastran pero siguen, continúan, enloquecen, se divierten, aprenden, fundan…
¡TODOS formando parte, TODOS sintiéndose parte! ¡Más oportunidades, más realidades! ¡Más y más vientos!