Tras más de 40 años de carrera y la decisión de jubilarse, sostiene que la docencia es una profesión maravillosa. La profesora compartió su experiencia y las acciones que realizó durante el tiempo que se desempeñó como inspectora general del nivel primario, el más alto escalafón educativo al que se llega por concurso.
Influenciada por sus abuelos que también fueron maestros, Marilyn Becerra se recibió de maestra a los 20 años. Nacida en San Rafael, en su propio departamento de origen obtuvo el título de profesora de enseñanza de nivel primario y desde entonces no paró hasta llegar al más alto cargo por concurso que tiene la docencia: ser la inspectora general de la Provincia. Luego de ejercer el cargo por dos años, tomó la decisión de jubilarse.
Como reconocimiento a su extensa trayectoria en el sistema educativo, este lunes, las máximas autoridades de la Dirección General de Escuelas brindaron un agasajo a la saliente inspectora. En la despedida estuvieron el titular de la DGE, Jaime Correas, acompañado por las subsecretarias de Gestión Educativa, Mónica Coronado y de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa, Emma Cunietti; la directora de Nivel Primario, Patricia Charamonte y la secretaria técnica, Beatriz Beltrame.
En una entrevista, contó detalles de su vida profesional y su extensa trayectoria al servicio de la educación de Mendoza.
¿Qué significa la docencia en su vida?
En este momento de mi jubilación vuelvo a renovar todo aquello que me impulsó a ser maestra, es una profesión maravillosa. Al principio lo elegí por un mandato familiar. Pero pasados los años, cada día en las escuelas me di cuenta que es una profesión que volvería a elegir. Lo más maravilloso es cuando en la calle te encontrás con ex alumnos y te llaman “seño Marilyn”. Eso emociona, también el acompañamiento de mi familia que me permitió realizar esta tarea sin reclamos. Siento orgullo de ser maestra.
¿Qué implica ocupar el cargo de inspectora general del nivel primario?
Es un gran orgullo, porque significa la culminación de la carrera docente. Al puesto de inspectora general sólo accede una persona. Cuando uno inicia la carrera docente parece una utopía llegar hasta este puesto. Mi desafío personal fue apoyar las trayectorias escolares, la convivencia escolar, reforzar el rol de los supervisores y sobre todo acompañar a los que recién comienzan.
¿Cuál es la tarea diaria de la Inspección General?
La Inspección General coordina, organiza y preside el Consejo Provincial de Supervisores Regionales. Acá se establecen los acuerdos fundamentales para poder garantizar las políticas educativas, tanto provinciales como nacionales. El marco político lo brinda el Gobierno escolar pero mi rol es establecer las acciones y estrategias educativas más convenientes. Todo se evalúa en el Consejo Provincial de Supervisores. Desde mi gestión construimos entre todos los miembros un conocimiento compartido. La mesa replica cada acción en las mesas de cada inspección regional y después se comparte con las seccionales.
¿Qué destaca de su puesto?
El trayecto es lo que le da validez al cargo, porque el tránsito de cada uno en los diferentes escalafones educativos es lo que da la experiencia para llegar a la inspección. Al tener completa la trayectoria escolar como docente, se sabe claramente qué pasa en el territorio. Eso me permitió obtener conocimientos reales. Una vez visité, ya como inspectora general, la supervisión de San Rafael, el departamento donde me formé. Salimos a las escuelas y sentí, y vi la recepción de mi rol.
Me siento como una maestra más: ser maestra es mi esencia. Siempre estuve al servicio de lo educativo, gestionar recursos para colaborar con las instituciones. Nunca mi gestión fue a puertas cerradas. El conformar equipos de trabajo fue algo importante que realizamos. La gente con la cual trabajé son personas sumamente comprometidas, eficientes, con buen trato y discretas. Sobre todo destaco la cordialidad con la que se trabajó.
¿Qué acciones considera sobresaliente en su gestión?
Creo que logramos una buena coordinación del trabajo y propiciamos la articulación con las gestiones políticas y con los diferentes gobiernos escolares.
También coordinamos de manera muy activa con las direcciones de línea, sobre todo con el nivel inicial, donde las acciones casi son compartidas. Sólo coordinando con el Gobierno podemos tomar decisiones buenas y llegar a todas las escuelas.
También destaco de mi equipo de trabajo, con el que este año nos propusimos una meta, que es el apoyo a las políticas educativas en cuanto a garantizar que todos los programas educativos sean aplicados. Realizamos monitoreos constantes de los recursos, reforzamos la comunicación de las escuelas para resolver los problemas con más efectividad. Propiciamos las redes de comunicación para las escuelas más alejadas.
¿Qué destaca del nivel primario?
Es un nivel muy abarcador, tiene multiplicidad de matices, por la distribución geográfica de las escuelas, y las características son muy distintas en cada establecimiento. Es necesario que las propuestas educativas tengan un mismo marco, pero deben ser contextualizadas. No es lo mismo una escuela urbana que una rural. Los supervisores, directores y docentes están muy comprometidos con su tarea y abocados a la protección de los derechos de los niños. Ocurre que la realidad actual a veces es muy compleja, y muchas veces desde afuera se percibe que la escuela no hace suficiente. Pero los que estamos dentro del sistema educativo sabemos que damos todo y hacemos todo lo que está a nuestro alcance para resolver muchas situaciones pedagógicas, sociales y hasta personales de nuestros alumnos. Ninguna escuela deja de observar la historia de sus alumnos, las trayectorias escolares son seguidas y el cruce de información es efectivo.
Trayectoria educativa
Luego de ejercer varios años como maestra, accedió a la vicedirección de la Escuela Arístides Villanueva, para luego terminar siendo la directora del mismo establecimiento educativo. Desde 1994 a 2000 fue directora de la escuela Domingo Bombal, de Ciudad. A partir de 2011 accedió por concurso a la supervisión regional de la zona Este y luego tomó la decisión, en 2014, de concursar para Inspectora General de la provincia. A este cargo se ingresa por méritos y antecedentes. Este año se jubila, después de 40 años de trabajar en educación.
Fuente: Prensa DGE