Luego de las invasiones inglesas y de la respectiva victoria de las tropas criollas ante éstas, un sentimiento de unidad y fuerza emergió entre la población rioplatense. España vivía desde 1808 el avance de tropas napoleónicas y su poder político y económico se debilitó en poco tiempo. En efecto, sus colonias americanas se vieron desatendidas y desabastecidas durante todo este tiempo.
El siglo XIX comenzaba así con grandes cambios políticos y económicos. El Virreinato del Río de la Plata ya contaba con una elite intelectual, un sector comerciante —que a su vez estaba imposibilitado para comerciar libremente con Inglaterra— y un grupo de criollos armados que cada vez fortalecían más su poder militar. El descontento entre los criollos de Buenos Aires crecía a la par de las pretensiones de organizar un gobierno autónomo y la práctica del libre comercio. Así, un proceso intelectual, comercial y militar con ideas independentistas comenzó a desarrollarse en el Virreinato del Río de la Plata.
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La revolución de Mayo en Mendoza
El 27 de enero de 1810, el comandante de Armas Anzay había hecho saber la constitución de la Junta Central Suprema de Sevilla nombrada para gobernar “a nombre de nuestro católico monarca Señor don Fernando VII”. Todas las autoridades prestaron solemne juramento de obediencia a la Junta. Por otro lado, respondiendo a la comunicación que se recibiese en febrero de 1810, el Cabildo eligió un candidato a diputado ante la Junta de España y lo envió a Buenos Aires. En la actuación del Cabildo mendocino, a partir de que sus miembros se anoticiaron oficialmente de los sucesos de Buenos Aires, se ven reflejadas actitudes que muchos han definido como típicas de la clase dirigente mendocina de la época. A primera vista se nota la intención de tomar prudente distancia de los sucesos, dilatar la decisión y reaccionar favorablemente a la conveniencia local. Se puede apreciar el tironeo que sintió el grupo dirigente de Mendoza por obedecer a la tradición, -la mirada al Pacífico representada por Córdoba-, o a las novedades que llegaban desde Buenos Aires, o sea las nuevas ideas que venían desde el Atlántico.
El 13 de junio de 1810 llegó a Mendoza la noticia de lo sucedido en mayo en Buenos Aires, y la petición al Cabildo mendocino de adhesión a la Junta. Los cabildantes de Mendoza pidieron un compás de espera. Al día siguiente la situación del Cabildo se complicó, pues llegó el despacho del gobernador de Córdoba, pidiendo adhesión al virrey depuesto. El asunto debió conversarse largo rato, aunque no han quedado constancias de aquellos cabildeos. La solución fue la dilación del asunto.
El 19 de junio los cabildantes no estaban decididos todavía. Fueron las noticias que llegaron el 22 a la noche, en las que el Gobernador Intendente de Córdoba pedía la remisión de fuerzas armadas para presentar combate a la Junta de Buenos Aires, lo que decidió que varios vecinos se agolparan en la casa del alcalde de segundo voto y pidieran Cabildo Abierto para el día siguiente. Treinta y ocho vecinos, además de los regidores, escucharon las novedades y se decidió finalmente acatar a la Junta de Buenos Aires y enviar el diputado que ésta solicitaba. Sólo tuvieron voto contrario a esta decisión los dos ministros de las Reales Cajas y el Comandante de Armas, don Faustino Anzay.
Entonces, se dejó para el lunes siguiente, 25, la elección del diputado a la Junta de Buenos Aires.
Tanto desde Córdoba como de Buenos Aires se requerían hombres y recursos de Mendoza, no quedaban dudas de que había que contribuir con un esfuerzo local a alguno de los dos bandos. Para ese entonces la posición españolista se había debilitado. El Cabildo se reunió, Anzay dimitió de su cargo ante el cuerpo y se depositó el mando en don Francisco Javier de Rosas. Unos pocos días después eran llevados a Buenos Aires, engrillados, Anzay y los dos ministros de Reales Cajas. Mendoza estaba definitivamente del lado de la Revolución.
En 1813, el Supremo Gobierno Ejecutivo creó la Gobernación Intendencia de Cuyo, que comprendía, como antaño, las sub-delegaciones de San Juan y San Luis. Se cumplía la vieja aspiración mendocina. El primer teniente gobernador destinado a Cuyo fue el coronel Florencio Terrada. Posteriormente, fue designado Gobernador Intendente el coronel Marcos Balcarce. Cuando San Martín pidió la Gobernación Intendencia de Cuyo, para desde aquí organizar la defensa de la Revolución, Balcarce fue enviado a Chile en misión militar.
?sequence=1" target="_blank" rel="noopener">“Una vuelta por la historia” ¡ANOCHECER DE UN DÍA AGITADO!
Cuento ilustrado que narra la pelea entre dos hombres de la misma familia, por sus diferentes ideas en relación con la destitución del virrey. Es un relato que muestra, con sencillez y buen humor, la complejidad de los hechos de nuestra historia.
Fuente: Ministerio de Educación de la Nación
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Un capítulo dedicado al 25 de Mayo de 1810. El historiador Gabriel Di Meglio presenta los hechos y propone reflexiones para pensar la Argentina que somos.
Fuente: Canal Encuentro
Acceder a la Versión publicada en la Biblioteca Digital / UNCUYO.
Fuente: De las Reformas Borbónicas a la Revolución de Mayo. Capítulo 5. Historia de Mendoza. Crónica de nuestra identidad. (2004). Dirección General de Escuelas. Entidad responsable de la publicación: Universidad Nacional de Cuyo. Centro de Información y Comunicación.
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