La violencia escolar la llevó a crear un proyecto que cambió la vida de numerosos jóvenes mendocinos. Su trabajo fue reconocido por el Premio Comunidad a la Educación.
En 2012 Celina Saavedra tuvo que enfrentar uno de los momentos más difíciles de su carrera docente: la muerte de uno de sus alumnos como consecuencia de un violento enfrentamiento entre dos pandillas de su escuela: el Centro de Educación Básica de Jóvenes y Adultos N°3-066 ubicado en San Rafael (Mendoza). Tras este hecho lamentable, el dolor que invadió a los jóvenes y la creciente agresión, hicieron imposible que ella pudiera continuar dando clases.
A partir de allí, esta maestra de Educación Plástica, decidió usar pinceles, texturas y colores para sanar sus heridas. A través del arte, logró construir un espacio de confianza donde estos chicos, todos provenientes de barrios humildes y marginales, pueden compartir lo que sienten, hablar de sus emociones, de sus problemas, de sus miedos y de sus sueños. Ella les enseña algo que los va a acompañar durante toda su vida: la habilidad para encontrarse consigo mismos y transformar una emoción negativa en algo positivo.
Desde entonces mejoró el clima escolar y la relación entre los compañeros. Creció su autoestima y su capacidad para expresar lo que les pasa. “Lo compruebo todos los días, este espacio genera bienestar emocional. Los mismos estudiantes diseñaron su propio código de convivencia y las reglas para ingresar al taller. Esto implica que para asistir tienen que tener buena conducta, no drogarse ni tomar alcohol, ser solidarios y respetuosos, estar comprometidos, llegar a horario y querer aprender. Estas reglas, construidas por ellos mismos, tienen que ver con la puesta en valor de sus potencialidades intrínsecas y sus capacidades de resiliencia”, explica con orgullo Celina.
“Disfruto enseñar a estudiantes que pertenecen a un contexto donde el derecho a la educación fue uno de los tantos que se les vulneraron a lo largo de su vida, por eso siento alegría de poder hacer efectivo este derecho. Me encanta ver sus cambios personales, sus logros artísticos y su actitud positiva”, confiesa y, en sus palabras, esconde uno de los motivos por los cuales resultó ganadora de la 8va edición del Premio Comunidad a la Educación organizado todos los años por Fundación La Nación junto a Banco Galicia y Fundación Osde.
Este Premio-que cuenta con el apoyo de LATAM Argentina, Cimientos, Educar 2050, Telefe y la Universidad de San Andrés- hizo posible que Celina pudiera potenciar el proyecto del Centro de Educación Básica de Jóvenes y Adultos N°3-066. Gracias al galardón recibido, su escuela mendocina recibió un estímulo económico para el fortalecimiento de la iniciativa, además de una capacitación docente y un video documental.
Esto les permitió redoblar su impacto: “El premio nos permitió contar con recursos materiales fundamentales para el desarrollo del proyecto, mejorar la calidad de los trabajos de los alumnos y estudiar de libros (y no de fotocopias). También pudimos hacer una muestra artística abierta a la comunidad. Incluso, algunos estudiantes vendieron sus obras”, relata Celina con mucho entusiasmo.
Actualmente el proyecto sigue creciendo: recientemente ingresaron estudiantes con discapacidad que descubren en el taller un espacio de encuentro y de igualdad para desarrollar sus capacidades. A su vez, en 2015 se sumaron jóvenes y adultos del Primer Ciclo de Alfabetización que allí adquieren habilidades motrices para el aprendizaje de la lecto-escritura.
La décima edición del Premio Comunidad a la Educación busca proyectos creativos como el de Celina, para ayudarlos a impulsar todo su potencial. Su objetivo es reconocer iniciativas tendientes a mejorar la calidad educativa de alumnos en situación de vulnerabilidad socio-económica. La convocatoria se encuentra abierta hasta el 15 de julio Quedan pocos días para el cierre de postulación! Los interesados en presentar un proyecto pueden ingresar a: www.fundacionlanacion.org.ar/premio
Fuente: Diario La Nación
